Al entrar en una comisaría, resulta difícil imaginar que ese ámbito público y burocrático, donde predominan la jerga policial, las armas y los formularios, sea un espacio propicio para las emociones y la intimidad. Sabrina Calandrón nos acerca a la vida cotidiana de los policías y con ello logra derribar falsas oposiciones: sexualidad y profesión, ámbito civil y ámbito policial, vida pública y vida privada. Fruto de un riguroso trabajo de campo, la autora ofrece un mundo de seducciones y confidencias, donde sexualidad y camaradería se convierten en elementos necesarios para comprender el ejercicio de la autoridad, la organización de los quehaceres, la disciplina y la competencia laboral de los varones y mujeres que integran la fuerza policial más numerosa de la Argentina.